Qué pasaría si me muriera en este instante? Si mi corazón de repente dejara de latir, mi cerebro no pudiera cumplir con sus funciones, si mis ojos se apagaran hasta quedarse completamente sin vida? Cómo se sentirá dejar de estar? Es una buena pregunta para un sábado a las 5 de la mañana, pero lamentablemente no tiene ninguna respuesta. A veces sólo puedo pensar en eso, es como si de a ratos necesitara conectarme con mi final. Que no sé ni cuándo ni cómo va a llegar, pero que inevitablemente sucederá. Hay tantas preguntas que quisiera poder responderme, pero sólo puedo hacerlo en mi imaginación. Pueden existir muchas teorías, incluso puedo hablar horas y horas sobre lo que yo imagino, pero es una realidad que, es una de las incógnitas más grandes que existen. Pero lo que más me intriga de todo, incluso mucho más que la idea de un paraiso o incluso un infierno, es el hecho de si es verdad que uno lo presiente. Será cierto que uno de alguna manera siente que se acerca el final? Cómo será esa sensación de que todo está por acabar? Yo lo imagino como algo relacionado a la necesidad de despedirse de los seres queridos. Siempre escucho a la gente decir (después de la muerte de alguien), que tal persona antes de morir hizo o dijo algo que ahora lo relacionan con esta sensación de saber que tu tiempo se termina. Y no sé si es la naturaleza del ser humano de ser un buscador de coincidencias o si de verdad tenemos ese sexto sentido que nos permite irnos en paz.
A mi no me interesa saber cuánto tiempo más voy a vivir, tampoco quiero saber cómo ni por qué voy a dejar de hacerlo, pero lo que si quiero es poder saber que mi momento se aproxima. Cuando llegue la hora, quiero poder haber disfrutado tanto de la familia y amigos, lo suficiente como para dejarlos tranquilos. Porque vivir a pleno cada segundo es lo que de verdad nos hace felices y nos llena el alma. Aprovechar cada instante, cada sonrisa, cada milésima por cortita que sea, porque aunque seamos capaces de sentir que nos vamos apagando, sólo nosotros lo podemos saber. Disfrutemos de los otros, porque cuando se hayan ido, ya no habrá vuelta atrás. Cuando llegue la hora, espero que lo sepamos, porque en ese segundo, todo terminará para siempre.
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