Hace bastante tiempo que tengo este sentimiento en mi. No me atrevería a decir que lo conservo oculto, porque no sería del todo verdad. Pero sí me atrevo a decir que siempre está bastante acallado dentro mio.
Esta semana empezó reflexiva, mucho más que todas las demás. Bueno, digamos que después de haber pasado una semana en cama, lo mínimo que puedo hacer al recobrar la conciencia es reflexionar. Pero a lo que voy es a que, empecé con toda, saqué todo lo que tenía atravesado y que por algún miedo no sacaba. Me paré y alcé la voz. Por fin. Llevo tres años escribiendo sobre cómo hay que hacerse notar, he descrito los pasos a seguir, las sensaciones que pasan por nuestros cuerpos, pero recién hoy, me escuché. Recién hoy pude no sólo hacerle caso a todo aquello que venía manifestando en este mismo blog, sino también, pude escuchar mi voz cuando suena alto.
Y podría decir que me siento mucho más liviana. Tal vez suene como una publicidad de Activia, pero es la realidad. Siento que me está volviendo la chispa que me caracteriza, que realmente muestra quién soy. Y que obviamente estaba tapada por un montón de oscuridad. Una oscuridad que no me pertenecía, que era causada por cosas externas y que por fin hoy, como si hubiera sido un poco de niebla, se disipó.
No me preocupo más por lo mucho que me aqueja el hecho de estar sola. No estoy menos sola que ayer ni más sola que mañana, pero me doy cuenta que, sentirme mal no va a hacer que esta situación cambie. Es exactamente lo opuesto. Y tengo tantas ganas de cerrar los ojos y poder sentirme plena. Muero por poder decir las dos atrapantes palabras, pero decirlas con el corazón, sentirlas realmente. Y después de eso poder escuchar a alguien repitiéndomelas al oído y haciendo que me den cosquillas. Quiero poder perderme en un par de ojos interesantes que, sin importar el color que tengan, lo van a ser. Y van a ser fuera de lo común, a su manera. Y quiero poder enamorarme de una sonrisa que sea única y que la risa que la acompañe sea todavía mejor. Básicamente, quiero que me pase todo lo que el común de la gente quiere.
Aunque yo sé que no soy común. Y con esto no quiero decir que me creo anormal ni nada por el estilo. Sólo considero, (aparte de estar segura de que los límites que definen lo normal y lo anormal son un poco básicos) que soy una de esas personas especiales que hay sueltas por la tierra. Así como también creo que estas personas tienden a agruparse. Pero es un tema muy largo para empezar a hablar de él ahora, así que lo voy a reservar para más adelante.
Pero es cierto lo del amor. Es cierto que quiero que de una vez me llegue. Creo que ya es mi hora, que ya es justo. No sé si puedo sentir que viene. Pero puedo sentir que estoy lista. ¿Optimismo? Llamalo como quieras. ¿Idealismo barato? Tal vez. Pero dejame. Dejame soñar y ser feliz. Dejame hablar desde lo profundo de mi alma. No me callan más. Nunca más.
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