martes, 19 de julio de 2011

Te soñé.

Dicen que lo único que nos acordamos al despertar, son 12 segundos de aquello que soñamos. Con frecuencia somos capaces de olvidarlo y cuando nos preguntan sobre nuestros sueños contestamos "Yo no sueño". Pero es que simplemente no nos acordamos. Y yo usualmente no me acuerdo, pero mi memoria selectiva se acuerda de vos. Porque te soñé.
Estaba oscuro. Bueno, capaz no tanto. No puedo entender bien lo que estaba pasando, en realidad no me acuerdo. Había ruido, mucho ruido. No podía ver nada porque el humo o la niebla no me dejaban. Sólo sé que yo no quería estar ahí, que no podía dejar de sentirme mal. Quería salir, quería correr, como me pasa en algunas ocasiones. Hasta que te vi. Con la misma luz de siempre, la misma sonrisa, los mismos ojos. Una figura tan real. Esa mirada que siempre me hace derretir, pero no pude en ese momento. Por un segundo todo se detuvo, éramos sólo vos y yo, mirándonos, compartiendo uno de esos momentos tan propios, tan únicos, tan nuestros. Y un golpe lo terminó. Me hizo distraerme, hizo que te distrajeras, hizo que perdiéramos esa magia que siempre deja mis pies pegados al piso. Fue un trueno. Y al ruido, al humo, a la niebla, sumemosle la lluvia. Y estábamos ahí, vos, la lluvia y yo. Haciendo un trío perfecto, el mejor de los triángulos, compartiendo un momento maravilloso. Pero no me podía acercar, no te podías acercar, y al contrario, cada vez te veía más lejos. Y no entiendo qué pasó, no sé por qué, pero te dejé de ver. Y me empezó a faltar el aire, todo al mismo tiempo. No verte, no sentirte hizo que dejara de tener la misma capacidad de respirar por unos segundos. Me empecé a tropezar mientras intentaba avanzar y después, simplemente me caí. Pero nunca dejé de caer. Caí muchos, muchos metros, gritando, siendo despeinada por el viento. Desesperándome por no poder parar, hasta que una mano me agarró. Evitó que siguiera cayendo. La vi, la miré, la examiné, era tu mano, fuerte, decidida a sacarme de ahí. Y no sé más, ahí fue cuando me desperté. No me queda claro de qué fue el sueño. Lo que significa, lo que quiero, lo que va a pasar. Sólo sé que detuviste al dolor y a la desesperación con el simple roce de tu piel contra la mia. Eras como un soplo de aire fresco.. Como si yo me estuviera ahogando y me salvaras. Es todo lo que sé.

No hay comentarios:

Publicar un comentario