lunes, 7 de febrero de 2011

Vacaciones 2011: Día 15

A las 7 nos levantamos, puteando al mundo por habernos hecho estar ahí, en ese momento. Llovía. Así que todos los planes que compartía con Maru sobre pasar la mañana en la playa antes de ir a la casa de Lucio (nuestro nuevo refugio hasta poder irnos a Gesell al día siguiente con mi madre), se vieron de nuevo frustrados por culpa de la maldita lluvia. "Si nos vamos al Norte, llueve, acordate lo que te digo" le dije a Maru mientras salíamos de La Caracola con Sandra y Agus, quienes nos dejaron en el Delicity para desayunar antes de ir a lo de Lucio. Igual que el día que llegamos. Café, facturas, wi-fi que no andaba y salimos. Lucio se había quedado dormido, no atendía el celular ni abría la puerta así que dejamos el bolso grande en la recepción y nos fuimos a dar una vuelta. Bah, a colgarnos del wi-fi de las cabañas que habíamos dejado el día anterior. Abajo de un árbol nos paramos y rápidamente revisamos las notificaciones y vimos fotos. Lucio nos llamó y fuimos a su casa, leímos y dormimos un rato. A la hora del almuerzo nos subimos todos al auto: Octi, Miranda, la amiga de Miranda, Uli, Vivi, Lucio, Maru y yo, y nos fuimos a almorzar. La tormenta de nuestras vidas, almorzamos y después volvimos. Merendamos y jugamos un juego de mesa super largo todas las chicas, y por supuesto, Maru y yo perdimos. A la noche asado, y después, fuimos al centro con ganas de comprar algunas cosas pero no pudimos, ya todo estaba cerrando, así que terminamos en el Freddo tomando un heladito. Volvimos, tele, compu y a dormir.

Vacaciones 4011: Día 14

A las 10 nos despertaron, había que terminar de guardar todo para salir de la cabaña, era el verdadero último día para todos los de la casa, menos para Maru y para mi. Juntamos, guardamos, nos vestimos, todo a cara de perro por el obvio malhumor causado por el sueño. Pancho empezó con que no encontraba las ojotas, fue a preguntar a recepción, se fue a fijar a la pileta, y por supuesto, no las encontró. Así que, a modo de favor nos fuimos, Vale, Pancho, Maru y yo a comprar unas ojotas para el chico enemigo de las zapatillas. Nos fuimos a La Caracola a encontrarnos con todos los que ya habían abandonado la cabaña en la que habíamos vivido 14 días, esperamos que los habitantes de La Caracola volvieran y almorzamos. Vale se tenía que tomar un micro así que nos dirigimos Vale, Agus, Maru y yo a tomar el 504. Llegamos a Gesell y fuimos a jugar a los jueguitos, pero se nos hizo tarde... Literalmente corrimos hasta que encontramos la parada del taxi, tomamos uno y en tiempo record llegamos a la terminal. Vale se subió y el micro se fue, la estaba esperando a ella. Me encontré con un viejo amigo, Juan Cruz, que estaba esperando un micro y me quedé charlando un rato con él en la terminal. Gasty nos pasó a buscar y nos fuimos caminando hasta la 110 a comer unos churros de El Topo. 30 cuadras nos separaban, pero llegamos. ¡Y la caminata valió la pena! Churros, Cindor y volvimos. 504 hasta la terminal y 504 hasta Mar de las Pampas. Destruidas caímos cuando llegamos a La Caracola y sólo nos despertamos para comer. Una acalorada discusión con Nando ocurrió cuando terminó la cena, pero de eso, mejor olvidarme. Leímos y a dormir. El único día en todas las vacaciones que a las 11 estábamos listas para dormir.

Vacaciones 2011: Día 13

Se acercaba el final de la estadía en Mar de las Pampas. De a poco, se empezaban a ir uno por uno de vuelta cada uno a sus casas. Y hoy era el turno de Miri. La segunda en volverse, considerando que el primero había sido Tomi. Fuimos a la playa durante un rato y un poquito después de las 5 de la tarde partimos, Maru, Miri, Vale, Agus, Nando, Matute y yo hacia la terminal, para despedir a la que debía retornar a su casa. Y así llegamos, ahogados por el desodorante para autos que tiraba Nando cada 45 segundos. El micro ya estaba esperando, entregaron las valijas, abrazos, besos y despedida. Miri en el PRIMER asiento del micro, bien pegadita al vidrio con una acompañante que desde abajo se notaba lo agreta que era. Risas por ver su cara cuando descubrió que su asiento era el primero, y así la despedimos y partió. Cenamos como todas las noches, un asado multitudinario y después nos pusimos, cuales esclavas, a preparar los daikiris para todos los adultos que había en la cabaña. Terminado esto fuimos al centro a comprar unos lápices, colitas, como recuerdos de las vacaciones. A modo de ritual de despedida de Mar de las Pampas, fuimos a tomar el sagrado café a la sagrada cafetería de todos los años: La Pinocha. Harta de tomar café me pedí un licuado. Reímos, charlamos y nos fuimos a despedir del lugar de siempre, del consultorio psicológico, de la oficina, de los juegos para niños. Pateando volvimos, subí las fotos y a dormir, para al día siguiente vaciar la cabaña.

martes, 1 de febrero de 2011

Vacaciones 2011: Día 12

Nos levantamos medianamente temprano, para lo que estábamos acostumbradas. Este día decidimos ir a la playa, ya era hora. Tomamos sol, escuchamos música, leímos, y algunas hasta se pusieron a hacer "TERRIBLES bolas de fraile" de arena. No me dejaron jugar las muy forras así que me enojé y cuando se fueron al mar tuve la muy madura idea de pisar todas las bolitas, lo que hizo que después todas estalláramos de risa. Como todos los días, cuando se empezó a hacer de noche nos fuimos a la cabaña y jugamos a los dados un rato. Nos separamos casi a la misma hora de siempre y volvimos a encontrarnos a la noche, como todos los días. No había ánimos para salir, en absoluto, así que organizamos un maravilloso plan. Y terminamos en la playa de noche, con mate, galletitas, iPod y parlantes. Muertas de frío, acompañadas de Manu que estaba igual de congelado que nosotras. Nos quedamos ahí unas tres horas, charlando, tiritando, mirando las estrellas. Me acosté y no podía despegar mis ojos del cielo y de las estrellas más brillantes, despejé mi mente, me dejé ir con las estrellas, y hasta vi una fugaz. Volvimos y comimos Twistos. Me puse a subir las fotos y a las 6 de la mañana estaba durmiendo.