martes, 29 de septiembre de 2009

Zombie.

Los zombies existen realmente. Van más allá de las historias sin sentido que reflejan las novelas y/o películas de terror en las que los muertos se levantan a vagar por las calles buscando cerebros para comer. Un zombie es una carcaza que no contiene nada, que no siente ni piensa. Los zombies reales no son tan explícitos, es mucho más abstracto de lo que parece. Ni están muertos ni comen cerebros, no literalmente por lo menos. Es la necesidad de no sentir dolor, de bloquear lo que nos hace mal. Este tipo de reacción es producida por la pérdida traumática de algún ser querido. Sobre todo si uno es el culpable de ello, o por lo menos se cree así. Una vez que te convertís en un cuerpo vacío, es muy complicado retornar a la normalidad.
Siento que me estoy convirtiendo en eso y me asusta. No quiero que me pase pero tampoco quiero sentir dolor. Debe ser la mejor salida. Hoy es lo único que me queda. Comienza una etapa distinta, fea, pero distinta.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Y ahora?

No sé cómo seguir. A dónde ir. Qué hacer. Con quién hablar.
No sé lo que me espera. Ni lo que no. Cómo seguir.
No entiendo el por qué. Ni el cómo.
Sólo sé que ya no queda nada.
La nada es difícil, a mi se me hace difícil.
Hace que me duela todo.
Que no tenga ganas de estar en mi cuerpo.
Que me arrepienta de cada cosa que hice.
Que no quiera seguir siendo lo que soy.
La nada.
No sirve llorar.
No sirve pensar.
No sirve absolutamente nada.
Sos el único que pudo lograr aflorar tantas cosas de mi.
Que me hizo una mejor persona.
Que me hizo sentir cosas que tenía olvidadas.
Que me ayudó a expresar cosas que no sabía cómo.
Que hizo que me sintiera querida.
Que me hizo las cosas lo más fáciles que pudo.
Que fue un fugaz momento.
Que no va a volver.
Sólo me quedan los recuerdos, que no son poca cosa.
Me guardo lo que fue, lo que es y lo que va a seguir siendo.
Te amo mucho.
Que difícil que es la nada, y eso que recién empieza.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Primavera.

Por fin llegó la primavera, salió el sol, los pajaritos cantan, las flores crecen, los árboles florecen, sin duda, una estación sumamente especial. Y con la primavera, llegan los festejos, como es de esperar. Salir con los amigos, juntarse a tomar algo, plaza, costanera, parque, lo que sea, porque eso es lo de menos, lo que importa es que ya estamos más cerca del nuevo verano que del que ya pasó, que cada vez falta menos para las vacaciones. Se supone que la primavera es la estación del amor, que con las flores, florece el amor, así que supongo que empezaremos a ver a las parejitas de la mano por la calle, super tiernas. Esas que te hacen pensar cuál es el problema con vos, que no tenés pareja y las querés matar. A no desesperarse y a disfrutar de esto, llamado, CALOR, que no me gusta para nada, pero es lo que hay. Hoy fue una primavera diferente, otra gente, otro lugar, otro clima, y la verdad es que me gustó. Me atrevo a decir que fue la mejor primavera que todas, una vez que me "integré" y por lo que me cargaron casi toda la tarde. Menos mal que me quedé y no me fui, creo que lo hubiera lamentado bastante. Que buenos que son los cambios a veces, aguante la primavera.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Argentinos.

¿Argentinos? ¿Cuándo? No puede ser que vivamos en un país tan pero TAN careta. Cuando el país va bien, están todos felices, somos todos argentinos y cuando va mal, los quieren matar a todos. ¿Es eso normal? Me parece que estamos acostumbrados a estar orgullosos sólo de nuestros logros, no nos importa el juego, pero sí el resultado. Pierde la selección y es catástrofe nacional, mucho peor que si se inunda alguna ciudad, si se queman un par de hectáreas, si se sanciona una ley o lo que sea. Nos gobierna gente incompetente a la que no le interesa otra cosa que su propia vida, sus carteras carísimas y cómo llenarse los bolsillos más rápido y lo único que hacemos nosotros es preocuparnos por el deporte, que no sabemos ni por cuál canal podemos mirarlo. Si mal no recuerdo, al momento de asumir Maradona como DT de la selección, el país estaba contento, dando pronósticos de todos los partidos que iba a ganar. Ahora que viene en declive, en lo único que piensa la gente es en sacarlo. No estamos bien, no sabemos cómo acompañar al país, estamos acostumbrados a tomar malas decisiones y estamos contentos con ello. Preocupemonos por lo que viene, suba de impuestos y una especie de censura en los medios, dejemonos de estupideces, de sentirnos orgullosos de las cosas que no entendemos y de poner a Del Potro en los nicks porque le ganó a Federer cuando nunca vimos un partido de tenis. Encima si criticás o te quejás, te miran raro o te discuten porque pensás distinto. Como dice una banda que tanto me gusta: ¿Por qué tienen la teoría de que siempre la mayoría de la gente tiene razón?

jueves, 3 de septiembre de 2009

Duele.

Duele y no sé por qué. Me siento vacía, algo me falta. Mi problema es que no sé si eso que me falta es algo que se me perdió, que YO perdí o es algo que nunca tuve y ahora me hace más falta que antes. Me duele el pecho, pero no es un dolor físico, no es un golpe, siento que no tengo una parte de mi o que es un espacio que nunca pude llenar. ¿Cómo hice todo este tiempo para nunca jamás sentirme así? Ni yo me lo puedo responder, no me entiendo, tengo una vida más o menos feliz, amigos muchos, en el colegio me va bien, ¿CUÁL ES EL CONDENADO PROBLEMA AHORA? A veces me detesto, no tengo ganas ni de mi misma. Pero no puedo explicarlo y eso hace que me duela más todavía. Los necesito, pero ¿dónde están? Un abrazo, una charla, necesito su ayuda, se los estoy gritando, dense cuenta. Parece que necesitaran un dibujo, un cartel luminoso. Por favor. Me fui lejos y no puedo volver, a buscar algo que no pude encontrar. Y ahora me pregunto: ¿Cómo se puede vivir una vida llena de nada?

martes, 1 de septiembre de 2009

Cuatro paredes.

Son las 11 de la mañana y estoy sentada (casi recostada) en mi banco, como cualquier día normal. Frustrada por la cancelación de la excursión programada para hoy bien tempranito (torneo de volley, mucha emoción). Como supuestamente no iba a estar en todo el día, no traje la carpeta ni nada, aunque cuando las tengo, tampoco les doy el debido uso... La profesora está dictando y estoy harta de escuchar como repite una y otra vez las cosas porque los lelos de mis compañeros no retienen ni dos palabras seguidas. Y tengo a Julia al lado que un poco copia, un poco boludea pero ahora se está quejando porque se perdió, por culpa de que la profe tiene que parar cada escasos cinco segundos. Voy y vuelvo, escribo y charlo con Mica sobre las muchas profesiones de su madre, mejor dicho, los intentos fallidos de carrera, ya que nunca encuentra lo que en verdad quiere hacer y siempre se le ocurre algo nuevo. Iris, aciente con la cabeza y mete bocadillos de vez en cuando, pero está más metida en la clase que en nuestra conversación, para variar. Me pongo a mirar al pizarron, a ver como torturan a un compañero que no tiene ni idea de cómo analizar una de las oraciones que tendría que haber hecho de tarea, ver como trata de dibujarla, es patético. Me pongo a mirar el techo, las paredes, que feas que son estas cuatro paredes, tengo ganas de salir corriendo y no volver más, cada minuto me parecen horas, estoy cansada y me quiero ir a mi casa. El único problema es que si salgo corriendo, probablemente me suspendan y no estoy en condiciones de permitirme algo como eso (tuve que firmar un: "Acta de Compromiso" que dice que me tengo que portar bien o me rajan, básicamente). Pero necesito expresar lo que me genera estar acá, en este momento, que no creo sea el indicado, espero que no parezca que flasheo pero:

Estas cuatro paredes me susurran, saben un secreto que yo sabía que no iban a guardar. No pasó mucho tiempo para que este aula se cubriera de polvo. Y estas cuatro paredes se están derrumbando alrededor nuestro. Debe haber sido algo para sacarme de adentro de mi cabeza, con palabras tan radicales, que yo no quise decir. Ahora espero para que se rompa el silencio, porque te fuiste. Es difícil para mi ahora "dejarte ser", no voy a poner excusas, yo estoy en paz. No me tomó mucho tiempo perder la fe, porque estas cuatro paredes no fueron lo suficientemente fuertes. Es complicado, mirar como nos desteñimos, saber que es mi culpa, mis errores, es difícil ver que te decepcioné y que ya no estás acá. Otra vez estas cuatro paredes.