miércoles, 29 de julio de 2009

Sin anestesia.

Tengo una pregunta para hacerte. ¿Cuando decís algo que puede ser fuerte para la otra persona, lo decís con o sin anestesia? Algunos prefieren las vueltas, otros dicen las cosas de una, como cuando te sacás una curita, rápido para que duela menos. Aunque (y sigo con la metáfora de la curita), después arde y te queda una marca roja. Muchas veces creemos que si decimos las cosas sin anestesia, el otro se olvida más rápido, le duele menos o algo parecido. No puedo dejar de pensar que el efecto es totalmente contrario, cuanta menos anestesia, más duele. Estás en otra, distraído y de repente BUM! te cae LA bomba y no te lo esperabas, obvio que no te lo esperabas. Yo tiendo a "preparar el terreno" antes de decir algo que le pueda doler a alguien o que pueda sorprender demasiado. Me aseguro de que sea el menor shock posible, no tiendo a sorprender, eso me asusta. No hay que suponer que al otro no le va a molestar o no le va a doler, porque es demasiado fácil equivocarse y podemos llegar a provocarle un mal momento a alguien que queremos mucho y esa puede no ser nuestra intención. Hay que saber suavizar las situaciones, las cosas que tenemos para decir, nuestras verdades y vivencias. Prefiero la anestesia, sin dudas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario