jueves, 13 de mayo de 2010

Más fugaz que un instante.

Una sonrisa, una mirada, una caricia, todas esas cosas duran apenas unos pocos segundos. Se nos pasan rápido, a veces no nos damos cuenta, sin querer no les prestamos atención, pero cuando dejan de estar nos sentimos vacíos. Es fácil acostumbrarse, estar seguros de que nuestra vida es color de rosas, pero sin darnos cuenta, nos vamos metiendo en una burbuja. Dentro de esta burbuja, que nosotros mismos construimos, vamos perdiendo las ganas, dejamos de darnos cuenta de un montón de las cosas que pasan a nuestro alrededor. La sensibilidad desaparece, somos como rocas, no nos importa nada, no nos preocupa nada. Pero lo peor, lo más doloroso, es que todo pasa de un instante a otro, sin que tengamos posibilidad de elegir, y al mismo tiempo, los únicos que salen lastimados son aquellos que nos rodean. Dicen por ahí que las mejores cosas, los mejores momentos, tardan mucho tiempo en llegar y en realizarse, pero yo creo que los MEJORES momentos son los instantes, lo que dura un abrir y cerrar de ojos, una risa, esos que son fugaces y sólo detectables cuando se está atento. Cuando estás mal, sentís que el tiempo no pasa, los segundos parecen largos, pero a su vez, cuando estás contento, disfrutando de cada detalle, pasandola bien, el tiempo transcurre en un instante.
Todos los detalles, por mínimos que parezcan, son visibles a los ojos y a los oídos. Pueden determinar el humor de alguien, especialmente el mio, que estoy atenta a ese tipo de cosas la mayor parte del tiempo. Los momentos que te llenan de felicidad, esos que te llenan completamente, pasan desapercibidos, porque cada uno de ellos es más fugaz que un instante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario