lunes, 8 de agosto de 2011

El vaso no tiene fondo.

Cuando nos piden que avisemos el momento en el que estamos listos, no lo decimos. No decimos "cuando" porque siempre existe la posibilidad de algo más. Más tequila. Más amor. Más de lo que sea. Más es mejor. Lo bueno, no siempre es lo que parece. Mucho de cualquier cosa, hasta del amor, no siempre es algo bueno. Nos soltamos porque creemos que cuanto más podamos recibir de algo o de alguien, vamos a estar mejor. Y es difícil saber cuándo parar, tirar la toalla a tiempo para que la vida no nos pase por encima. ¿Cómo sabés cuándo es bastante? Demasiado muy pronto. Mucha información. Mucha diversión. Mucho amor. Mucho que preguntar. Entonces, entregarse a la vida es genial, sentirse despreocupado, pero... ¿qué pasa con los excesos? Siempre se dice que es mejor ver las cosas con el vaso medio lleno. Pero el problema está cuando creemos que teniendo mucho de todo, podemos llenar la parte del vaso que todavía está vacía. Hay algo que decir sobre el vaso medio lleno... Sobre saber cuándo decir "cuando". De creer estar listos, de creer saber cuándo podemos parar. De pensar, de tomar, de comer, de correr, de gritar. Pero hay veces que simplemente no podemos, porque es más fuerte que nosotros. Porque es tarde para arrepentirse cuando ya nos dejamos estar. El amor. El tequila. Es todo lo mismo, digamos, creo que es una línea demasiado borrosa, la que existe en un barómetro de necesidad y deseo. Depende completamente de la persona y depende de lo que estén sirviendo. Y se complica. Esto de admitir que no podemos más, que no queremos más. Porque a veces, aunque queramos creer que en realidad tenemos control de la situación, es muy factible que en realidad no sólo nos esté ganando, sino también, es posible que nos esté dando una paliza. A veces.. lo único que queremos es probarlo. Entender qué es lo que tanto nos atrae, sin importar qué. Otras veces, no hay suficiente. Queremos, probamos, intentamos. Pero nada alcanza. Y nos damos cuenta que en realidad el vaso no tiene fondo. Y queda en nosotros decir basta. Al final de cuentas, todo lo que queremos... es más. Es posible que en algún momento lleguemos a tomar conciencia y podamos decidir cuándo estamos listos para detenernos, para alejar la botella de tequila, para terminar con ese amor que nos hace mal, para escupir la verdad.

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