sábado, 28 de julio de 2012

Escapar.

Si pudiera dejarlo todo atrás. Si fuera fácil, si tuviera la oportunidad de cerrar los ojos y olvidarlo todo para siempre. Como si nunca hubiera pasado. ¿Tendría la posibilidad de vivir distinto? ¿De pensar distinto? ¿De ser distinta?
Si pudiera elegir, ¿tendría el valor de borrar todo lo que me molesta? Lo que me hace pensar que siempre estuve haciéndolo todo mal. Que todas mis decisiones fueron tomadas en vano. Que NO sé quién soy. Que me da miedo descubrirlo, me da miedo adentrarme en lo más profundo de mi ser. Creo que porque lo que me da aún más miedo, es lo que puedo llegar a encontrar. No tengo fuerzas, me quedé sin ideas. Ya no sé cómo escapar. De mi.
Es como si mi mente se hubiera cerrado para siempre y no pareciera haber una salida posible. Siento que no soy quien quiero ser. Hay dos partes de mi. Y es una sola la que dejo ver. Pero lamentablemente, es la otra la que creo me identifica más. Y no sé cómo cambiarlo. ¿Cómo elegir? No puedo simplemente cambiar el chip y seguir. No se puede. No puedo ni siquiera imaginar qué es peor. Vivir usando una careta que no me corresponde, que no me identifica. O sacarlo todo y que se destruya todo lo demás.
Siento como si estuviera en el ojo del huracán. En el peor momento. Y lo peor, lo más triste, es que no me pasó nada. No tengo nada de qué quejarme. Sólo de mi. No estoy segura de lo que va a ser, de lo que voy a hacer, de lo que llegaré a ser algún día. Sólo puedo soñarlo. Pero sí hay algo de lo que puedo estar segura. Sé lo que no quiero ser.
Quiero sacarme la tormenta. Quiero escapar. Quiero salir. Necesito salir.
¿Se puede?
¿Alguien sabe cómo?
Me come la oscuridad, me carcomen los demonios, cierro los ojos y no puedo ver más allá. Siempre pude.
Se me apaga la luz y no veo bien. No quiero ser presa de esto, no quiero estar atada a esta realidad. Necesito un rescate, alguien con un paraguas que saque de encima mio esta lluvia, porque estoy empapada y tengo frío. Alguien con una linterna que me deje ver lo que hay adelante, para evitar que me siga golpeando contra todo. ¿Dónde está mi salvación? ¿Por qué tardará tanto?
Necesito los brazos que contengan la angustia, que me lleven a un lugar mucho más seguro y real.
Un escape, seguro es un escape.

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