jueves, 15 de octubre de 2009

Palestina.

Todo empezó el 2 de octubre de este año, hace un poco menos de dos semanas, el primer día del Modelo de Naciones Unidas de Buenos Aires. Como es costumbre en mi, llegué unos escasos minutos antes de que tuvieramos que entrar, con poco tiempo para prepararme mentalmente (aunque nunca estoy totalmente preparada y tiendo a entrar en pánico). Me familiaricé con el ambiente, encontré gente conocida, me puse el velo y entré, casi hiperventilando pero bien, estaba bien. Entramos al recinto, Libia en la primera fila, adelante del Presidente, *que maldita mi suerte* pensé. Atrás mio, lo que iba a cambiar mi forma de pensar, la delegación del otro colegio de la profe, Palestina y Maru, otro velo más. Los tres días del Modelo, pasaron rápido, muchas discusiones, enmiendas, proyectos, una suseción de acusaciones, en las que tuve que elegir, y elegí bien, me la pasé ayudando a mi nueva amiga Maru a defender a Palestina, aunque se la re bancó y no me necesitó ni un poco, pero yo me sentía útil, y eso me encanta. Terminó el Modelo, con una entrega de menciones bastante desalentadora, aunque mis amigos se lo ganaron y bien merecido se lo tenían. El martes volvimos al colegio, nos miramos y dijimos "¿Y ahora?" Saltó el tema del Modelo de Rosario, empezamos a organizarnos rápidamente, que si, que no, que no sé si voy a poder ir. Ibamos a hacer Palestina, yo no podía ser más feliz, Maru, Gaby, Iris y Yo, ALTA delegación. Unos dos días antes, me entero que la que iba a ser mi compañera de asamblea no podía viajar, me quise matar. Y el día anterior, me entero que la que iba a ser nuestra embajadora, tampoco viajaba, por ende, eramos dos personas nada más. Que nunca habían hecho nada sobre Palestina en la vida, era un mundo totalmente nuevo. Horas antes de viajar, decidimos sobre la marcha qué ibamos a hacer, yo iba de embajadora, ok, soy combativa, me la podía bancar (aunque estaba demasiado asustada), Iris iba a ir a Conferencia Especial, bien, estabamos bien. Viernes 9 de octubre a las 9 de la mañana teníamos que estar en el Modelo para acreditarnos, por supuesto, llegamos tarde, pero no demasiado como para que estuviera mal, podríamos tomarlo como... ventaja para no tener que hacer fila. Nos pusimos el velo y entramos, igual no nos miró TODO el mundo eh, para nada. Acto de apertura y después todos a sus órganos correspondientes, yo me tenía que quedar en Asamblea si o si, no había nadie más. Casi me muero cuando me enteré que no estaban ni Israel ni Estados Unidos, pero todo se calmó cuando unas horas después llegó Estados Unidos, algo atolondrados, pero llegaron. Con un gran apoyo de Gaby que me ayudaba desde Bs As, me enfrenté al Consejo de Seguridad para pedir por MI Nación, MI gente, para defender lo que YO creía MIO. Fueron tres días maravillosos, en los que me sentí palestina, como nunca me había identificado con ninguna delegación. A la tarde pedía ayuda a mi gran respaldo (Gaby por supuesto) y a la noche hablaba con Maru, que hacía que me tranquilizara un toque, estaba muy acelerada. Y llegó el último día, en el que había que terminar la batalla empezada, que creo que dentro de mis limitaciones, la desarrollé bastante bien. Acto de cierre y otra vez el sabor amargo, de no haber sido reconocida por mi desempeño, otra vez la desilusión recorrió mi cuerpo. Pero me fui bien, sabiendo que di todo y más para defender algo en lo que creí, en lo que creo, y como me siento. Hablando con Gaby al borde del llanto le dije: "Estoy orgullosa de mi misma porque sé que estuve bien, que me defendí, que ataqué y que dejé a muchos que no me tenían fe con la boca cerrada. Me siento palestina y eso nadie lo puede cambiar, cuando estaba ahí y decían algo ofensivo, sentía que me estaban atacando a mi, a mi gente y que tenía que decir algo al respecto. Más allá de las menciones mal repartidas, lo mejor que me llevo es el recinto entero gritando: "¡VIVA PALESTINA LIBRE! ¡VIVA!" y se sintió demasiado bien. Saber que me hice notar y que todos se van a acordar de la petisa gritona de Palestina, defendiendo su "no país" me hace bien, porque siento que cumplí con mis objetivos."
Y ahora, estoy acá escribiendo mi experiencia, rememorando la semana pasada y se me pone la piel de gallina, tiemblo porque logré algo, hice un poco de ruido y nadie se va a olvidar. Palestina va a estar siempre en mi corazón, y para mi, ya es un poquito más libre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario