martes, 12 de enero de 2010

El fin de la rutina.

Algunos dicen que la rutina aburre, que hace mal, otros, que yo creo son la minoria, aseguran que la rutina les encanta, que dejarla, los asusta. Por mi parte, yo estoy en el grupo de los que consideramos que la rutina es lo peor que te puede pasar, detesto hacer todos los días lo mismo y siempre busco la forma de evitar eso. Pero últimamente, y muy a mi pesar, mi vida se transformó en una rutina, sin quererlo, me sumí otra vez en la indiferencia, en la total y completa nada. Esta situación me está enloqueciendo, no soporto seguir así, por más de algunas de mis amigas (sofi, pau, vi, luchi, ani), que son las que de verdad entienden el problema, me ayudaron mucho, de verdad no aguanto más. No puedo evitar sentirme un ser insignificante, no puedo evitar no sentirme más una máquina, y eso es demasiado grave. Siento que estoy acá fingiendo estar bien, que tengo puesta una máscara, soy sólo la sombra de lo que solía ser, que mi paraiso se convirtió en el lugar al que iba a llorar, aguantando, SIEMPRE aguantando. Así que mañana parto, me alejo de todo lo que me recuerda, de todo lo que me hace mal, para irme a la diversión. Sol, playa y arena equivalen a distracción, y allá voy, a olvidarme de todo, porque de verdad, de VERDAD lo necesito.
Gracias por todo rutina, posta que ni nos vimos. Buen viaje Gui.

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