miércoles, 4 de agosto de 2010

Esta maldita costumbre.

Quisiera saber por qué tengo esta maldita costumbre. La de enojarme y cinco minutos después, cuando pienso en frío y el enojo se pasa, deprimirme. No sé si confiar, si desconfiar, si reír, si llorar, si lamentarme o disfrutar, no sé por qué estoy acá ni por qué debería dejar de estarlo. ¿Cómo puedo sacarme esta puta costumbre? La de preocuparme más de lo necesario, la de hacerme cargo de los problemas de los otros, la de creerme que puedo resolverle la vida a la gente, la de dejarme para el último lugar, la de priorizar cosas que no son para nada importantes. ¿Cómo me hice de esta condenada costumbre? La de mirar siempre el lado bueno de la gente, dejando los defectos relegados, la de confiar con demasiada facilidad, la de no creer que pueda existir gente que quiera hacer el mal. ¿Qué hago con esta molesta costumbre? La de siempre sentirme menos, la de no creer que le pueda importar a alguien, que alguien pueda quererme como lo merezco, la de siempre creer tener la culpa de todas las cosas malas, la de dejar que mis problemas me consuman. ¿Me puedo sacar esta mala costumbre? La de asustarme y preocuparme cuando las cosas no salen justo y como las esperaba, la de dejarme llevar por lo que la gente dice, la de no poder plantarme y decir "LOCO, ACÁ ESTOY, NO ME VAS A PASAR POR ARRIBA", la de no poder ni gritar ni llorar cuando me duele, la de tener esta maldita costumbre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario