martes, 1 de septiembre de 2009

Cuatro paredes.

Son las 11 de la mañana y estoy sentada (casi recostada) en mi banco, como cualquier día normal. Frustrada por la cancelación de la excursión programada para hoy bien tempranito (torneo de volley, mucha emoción). Como supuestamente no iba a estar en todo el día, no traje la carpeta ni nada, aunque cuando las tengo, tampoco les doy el debido uso... La profesora está dictando y estoy harta de escuchar como repite una y otra vez las cosas porque los lelos de mis compañeros no retienen ni dos palabras seguidas. Y tengo a Julia al lado que un poco copia, un poco boludea pero ahora se está quejando porque se perdió, por culpa de que la profe tiene que parar cada escasos cinco segundos. Voy y vuelvo, escribo y charlo con Mica sobre las muchas profesiones de su madre, mejor dicho, los intentos fallidos de carrera, ya que nunca encuentra lo que en verdad quiere hacer y siempre se le ocurre algo nuevo. Iris, aciente con la cabeza y mete bocadillos de vez en cuando, pero está más metida en la clase que en nuestra conversación, para variar. Me pongo a mirar al pizarron, a ver como torturan a un compañero que no tiene ni idea de cómo analizar una de las oraciones que tendría que haber hecho de tarea, ver como trata de dibujarla, es patético. Me pongo a mirar el techo, las paredes, que feas que son estas cuatro paredes, tengo ganas de salir corriendo y no volver más, cada minuto me parecen horas, estoy cansada y me quiero ir a mi casa. El único problema es que si salgo corriendo, probablemente me suspendan y no estoy en condiciones de permitirme algo como eso (tuve que firmar un: "Acta de Compromiso" que dice que me tengo que portar bien o me rajan, básicamente). Pero necesito expresar lo que me genera estar acá, en este momento, que no creo sea el indicado, espero que no parezca que flasheo pero:

Estas cuatro paredes me susurran, saben un secreto que yo sabía que no iban a guardar. No pasó mucho tiempo para que este aula se cubriera de polvo. Y estas cuatro paredes se están derrumbando alrededor nuestro. Debe haber sido algo para sacarme de adentro de mi cabeza, con palabras tan radicales, que yo no quise decir. Ahora espero para que se rompa el silencio, porque te fuiste. Es difícil para mi ahora "dejarte ser", no voy a poner excusas, yo estoy en paz. No me tomó mucho tiempo perder la fe, porque estas cuatro paredes no fueron lo suficientemente fuertes. Es complicado, mirar como nos desteñimos, saber que es mi culpa, mis errores, es difícil ver que te decepcioné y que ya no estás acá. Otra vez estas cuatro paredes.

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